jueves, 17 de abril de 2014

GRATITUD

El agradecimiento es una de las curas más potentes y una forma maravillosa de resonar en la coherencia y mantenerse conectado con el amor, la confianza y la seguridad, abrir el corazón a la gratitud nos abre una puerta a la reconciliación con el mundo que nos rodea  y con nosotros mismos.

A veces parece complicado el  mostrar gratitud por cada experiencia que hemos vivido, sobre todo por las que entran en la categoría de “malas”, “castigos divinos”, “errores” o “fracasos”, pero al lograr hacerlo estamos recobrando el poder de nuestra vida, el apreciar ese momento difícil por el que se atraviesa, nos abre el panorama a nuevas oportunidades para avanzar, y sobre todo reconocer la perfección en lo que sucede, que cada reto abre un nuevo sendero para ser mejores personas, no hay que esperar a que suceda lo que deseas para mostrar gratitud, el hacerlo es el pleno reconocimiento de la perfección, grandeza y el equilibrio de la vida, es confiar en nuestro corazón, es conservar la fe y la esperanza en la Divinidad y es donde se esclarece el panorama para dar lugar a lo que juzgamos que es imposible…los milagros.

El mostrar aprecio y gratitud hacia los demás y hacia lo que vivimos, abre paso a una cascada de endorfinas que nos permitirán experimentar placer y felicidad, además la gratitud trae consigo un efecto multiplicador, entre más agradecimiento sintamos desde el corazón,  mayores serán los eventos que generes para crear esos sentimientos agradables y positivos, de forma mágica nuestras relaciones, el trabajo, la familia y hasta nuestra relación con la Divinidad cambian hacia un estado elevado de energía y alegría.

Sé que hasta este punto ha de parecer raro, ilógico y hasta tonto el solo pensar que un problema pueda convertirse en una bendición, así que te invito a hacer este pequeño ejercicio…concéntrate en algo que consideres como el problema de tu vida, tal vez lo peor que te pudo hacer sucedido, ahora analiza que te permitió salir de ello, que recursos personales utilizaste para lograrlo, qué personas te apoyaron para que esa realidad cambiara, qué personas maravillosas conociste con el cambio que hubo…¿ahora puedes verlo?, ¿cambió la perspectiva que tenías de ese evento?, como podrás ver el que te concentres en lo positivo genera nuevos pensamientos positivos como si fuera una bola de nieve, pero ¡cuidado! Porque ese mismo efecto generan los pensamientos negativos, en lo personal creo que su efecto es aún más potente que el de los positivos, por lo que debemos saber discernir entre cuales pensamientos dejamos entrar y cuales no.

La gran mayoría de nosotros en algún momento de nuestra vida hemos estado inconformes en relación a nuestra situación económica, ¿cierto?, o nos acostumbramos a vivir en la escasez o trabajamos arduamente para ser exitosos, viendo el éxito como dinero, fama y reconocimiento,  ¿y qué pasaría si nunca llegas a tener el banco la cantidad de dinero que esperas para poderte declarar como “rico”?, o si nunca llegas a salir en el encabezado de los periódicos para decir que eres famoso, ¿solo por eso creerás que no eres exitoso?, la gratitud nos lleva a vivir en el éxito y la abundancia permanentes, dicen que el éxito radica en hacer de lo ordinario algo extraordinario, el ver en la sonrisa de tu hijo la maravilla de la creación, al sentir la brisa en tu rostro poder sentir gratitud por estar vivo, en darte cuenta que para que hoy estés aquí, ahora, vivo, fuiste ganador entre millones de espermatozoides, que llegaste al lugar indicado en el momento indicado, eso te hace abundante y exitoso, enfoca tu atención en lo que puedes adquirir con  tus ingresos,  por ejemplo los alimentos de cada día, la escuela para ti o tus hijos, poder pagar un servicio de salud, en fin, deja de ver lo que no puedes tener y valora lo que si tienes…¿qué te parece si empiezas por tu vida?

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sábado, 12 de abril de 2014

TIEMPO DE PERDONAR

         La palabra PERDONAR, proviene del verbo en latín per-donare, el prefijo per intensifica al verbo que acompaña, y donare se refiere a regalo, entrega o donación por lo que podemos traducirlo como  entregarse hasta el extremo, donarse por completo.

              Al escuchar esta poderosa palabra indudablemente nuestra mente hace una evocación de aquellas personas o situaciones por las cuáles hemos sentido dolor, resentimiento, enojo o miedo, lo que nos lleva a un estado bajo de energía y vitalidad, a caer en el victimismo, resentimiento, enojo y sobre todo, la falta de perdón, es un poderoso freno de mano para avanzar hacia nuevas oportunidades.

              En muchas ocasiones he visto consultantes con una fuerte resistencia a perdonar, muchas veces por la creencia de que al perdonar seguirán tolerando las palabras o acciones negativas de la persona con la cual existe el problema, y hay que aprender a diferenciar una cosa de la otra, en el momento de perdonar, ambas personas se ponen en igualdad de condiciones, ninguno es mejor o peor que el otro, ninguno es víctima del otro, al perdonar tomas tu responsabilidad en lo sucedido y le das su poder al otro, muchas veces para poder lograr el perdón es necesario empezar por nosotros mismos, que como mencionaba anteriormente, es parte del ser responsable y recobrar el poder, una vez que lo has hecho contigo lo puedes hacer con la otra persona, el perdón indiscutiblemente lleva a un estado elevado de vitalidad y energía y a que cualquier relación fluya en equilibrio y amor.

              Como en otros artículos lo he compartido, es de suma importancia conocer, aceptar y enfrentar tus emociones, aferrarse a la emoción o al sentimiento que lleva a esta falta de perdón, hará que esa situación se mantenga, y desde luego nos quitará energía y ello se reflejará a nivel emocional y físico, permite que tus emociones fluyan, encuentra la mejor manera de liberarlas, ya que una vez que desaparezca lo que te mantiene en el rencor, será mucho más fácil abrirte a perdonar.

              También es importante hacer conciencia que el mayor beneficio al momento de perdonar, te lo haces tú mismo, de igual manera si te mantienes en este estado no coherente, el mayor daño te lo haces a ti,  el perdón es un sentimiento maravilloso, liberador y que nos permite abrirnos a nuevas experiencias, date ese maravilloso regalo que es perdonar, fluye y vive tu presente. Recuerda que el perdón no es una cualidad solo de las personas muy espirituales, el perdonar es reconocer tu parte más humana, es reconocer que tuviste algo que no querías y que es el momento de dejarlo ir, te hace ser mejor persona, y con ello me refiero a ser más amoroso y tolerante contigo mismo, ¿por qué no serlo contigo si lo eres con los demás?.


              ¡Amate, ama, perdónate, perdona y fluye con confianza, te aseguro que vendrán cosas mejores!

¡Amor, abrazos y bendiciones!

lunes, 7 de abril de 2014

TIEMPO DE DEJAR IR

La vida es movimiento, el movimiento es vida, uno sin el otro es imposible, todo cambia y se transforma, nada permanece estático, y eso sin lugar a dudas nos incluye a los seres humanos, quienes tendemos a rechazar todo aquello que sea nuevo y desconocido para nosotros, y que nos mantiene en una incómoda, oscura y tenebrosa área, llamada zona de confort, donde mientras permanezcamos encerrados en esa caja, seremos solo espectadores y no actores de nuestra propia vida,  estaremos como en estado catatónico, esperando a que ocurra un milagro y todo cambie. Gran parte de lo que nos hace ensimismarnos en esta zona es el manejo inadecuado de nuestras emociones y sentimientos, ya que en este enclaustramiento aparece a la delantera, el miedo, que es el encargado de hacer todo un sinfín de proyecciones negativas, que congela nuestra energía vital impidiendo el movimiento, así mismo aparece el enojo que suele alejar y entorpecer las relaciones, ya que se expresa se manera inadecuada, también, por si fuera poco aparece la tristeza, junto con una eterna victimización “es que me hizo”, “es que la vida es injusta”, en fin toda clase de argumentos donde la responsabilidad de lo que se vive es de todos menos del involucrado, y bueno desde luego aparecen muchos más sentimientos, frustración, preocupación, soledad, etc, pero de momento nos quedaremos con estos tres, ya que son la antesala y el escudo de un cuarto sentimiento que es la causa real de los apegos…el dolor.

El abrigar cualquiera de los sentimientos anteriores, por difícil que parezca tiene un objetivo, que si no lo canalizas de manera positiva, se convertirá en una eterna tortura; comencemos por el miedo, este se activa como una respuesta a estímulos amenazantes, por ejemplo, si estoy en el campo y escucho el cascabel de una serpiente, en automático, el cerebro activa los recuerdos asociados al ruido, quizá nunca he sido mordida por una serpiente, pero he leído información, visto documentales o me han contado, en ese momento, el miedo en un estado coherente activará mi respuesta de huida para evitar que la serpiente me lastime, el problema viene cuando escuchamos el cascabel y no hacemos nada, aún, puede ser por desconocimiento de la amenaza potencial o bien por la rigidez que el miedo ha producido en el cuerpo, lo que intento hacerte ver es que en el momento que sientas miedo, hagas una pausa, detectes tus proyecciones negativas, analices que situación amenazante te está marcando tu sistema y ahora busca salir de esa situación, el valiente solo es valiente cuando ha encarado a su miedo.

Por su parte el enojo es el marcador de los límites, se activa en el momento en que han transgredido un límite propio, o lo activamos en otras personas en el momento que dejamos de respetar sus límites, pero hay que tener cuidado al momento de marcar nuestras reglas, si lo hacemos desde el enojo o como coloquialmente se dice “visceralmente”, solo obtendremos más enojo a nivel personal y relacional, en cambio se lo expresamos desde el corazón, desde la vulnerabilidad, aceptación y confianza, lograremos conexiones más profundas y duraderas con las personas que nos rodean, y sobre todo relaciones basadas en amor y respeto.

La tristeza, por extraño que parezca, es encargada de nuestra evolución, es decir, imagina una situación que te haya causado tristeza, si no hubieses tenido este sentimiento, con seguridad te digo que nada te hubiera impulsado a cambiar, por lo tanto en ese momento en el que la tristeza aparece, es la señal de que hay que hacer cambios en nuestra vida, movernos, y no permanecer en ese estado, ya que es el boleto seguro a la depresión, esta enfermedad que carcome nuestra vitalidad y alegría, que nos detiene aún más.

Estas tres emociones son indicativos de cambio, pero también de la aparición del dolor, y es precisamente el miedo a atravesar por ese túnel y a lo desconocido lo que nos mantiene en la zona de confort, así que te invito a que te abras al dolor, porque no es más que una experiencia liberadora, donde podrás romper cadenas, soltar el equipaje que traes de más, el tiempo que dure dependerá de tu trabajo personal y de hacer una clara consciencia de lo que debes agradecer de lo que estás dejando ir y ver la maravillosa oportunidad que está frente a ti.


Así que la próxima vez que experimentes cualquiera de estos sentimientos, respira profundo, sonríe, agradece, piensa que es un dolor que te permitirá crecer, madura…evolucionar, y sobre todo confía en la perfección de todo lo que ocurre, y dite a ti mismo “elijo cambiar ahora, todo esto también pasará”.