lunes, 31 de marzo de 2014

LOS ANIMALES Y SU PODER DE SANACIÓN

              Desde la antigüedad la relación hombre-animal se tornó en algo más que en una cuestión de presa – cazador, en algo más que el establecimiento de una vida sedentaria y una lucha por la supervivencia, este vínculo comenzó a tornarse afectivo, los científicos afirman que el primer animal domesticado fue el lobo, probablemente relacionando en primer término al humano con comida y creando una simbiosis, es decir, comida a cambio de cuidado y protección contra posibles amenazas. Es así como en diferentes culturas podemos ver plasmados en su arte principalmente a perros, gatos y caballos como compañeros de viaje, por ejemplo recordemos que para los egipcios, Anubis, representado por un perro o chachal negro, era el encargado de guiar el espíritu de los muertos, incluso al morir sacrificaban también a sus mascotas para que guiaran y acompañaran al amo al “más allá”; es también en el seno de esta maravillosa cultura donde se domestica al gato, siendo usados como predadores de roedores y reptiles que pudieran representar una amenaza para los silos donde almacenaban granos, así mismo plasman esta relación como a través de la diosa Bastet, que simboliza la luz, el calor y la energía solar, el misterio, la noche y la luna. Por su parte los caballos fueron en un inicio usados para alimentar a las tribus y más tarde, las hordas bárbaras  comenzaron a utilizarlos como medio de transporte, como fuerza de trabajo para sus labores diarias y al igual que los griegos, persas y más tardes los romanos fueron elementos predominantes en la milicia.

              Es así como a través de una relación que nace por “conveniencia”,  comida y seguridad a cambio de un trabajo, los animales y los humanos comenzaron a crear un vínculo mucho más allá de una prestación de servicio, es decir, comenzaron a ser parte de la familia, también tenían ya un nombre y respondían a estímulos diferentes a la comida. Está demostrado científicamente que el contacto con animales (principalmente mamíferos),  nos permite producir endorfinas, que son las hormonas que se liberan para tener sensación de bienestar, placer y tienen un efecto analgésico, cabe mencionar que estas hormonas son producidas también al hacer ejercicio, comer chocolate, en la fase de enamoramiento y al tener un orgasmo y en situaciones estresantes para contrarrestar momentáneamente el efecto en el cuerpo producido por la adrenalina. De esta forma el cuerpo de forma natural, al producir endorfinas, activa y potencializa el sistema inmunológico, lo que permite aliviar y prevenir enfermedades tanto físicas o emocionales.

              Existen todo tipo de casos documentados de la influencia positiva de los animales en diferentes escenarios, por ejemplo en su libro “El niño de los Caballos”, el autor Rupert Isaacson, narra la historia de como su hijo a través de los caballos sana su autismo, una historia verídica, documentada por los propios padres que sin lugar a dudas es un testimonio no solo del poder sanador de los caballos, si no de la importancia de escuchar el corazón, de este chico maravilloso que es un guerrero al igual que sus padres y de la importancia de la fe. También hay otros testimonios de como personas con problemas motrices, a través del vínculo que generan con los animales, especialmente con los perros, logran mejorar su motricidad, elevar su autoestima y darse cuenta que el poder está en la fuerza de voluntad, sin lugar a dudas los animales son grandes maestros, por ejemplo, algo que me encanta del trabajo psicoterapeútico con los animales es el enfoque en el “aquí y en el ahora”,  el estar en el presente, el poder mantener la mente y el corazón enfocado en el presente, es ese momento mágico donde desaparece el pasado que nos lastima y el futuro que nos atemoriza, ambos elementos ya inexistentes pero que elegimos hacerlos parte de nuestro presente como una atadura, como un yunque sobre nuestra espalda que nos impide fluir, basta ver a un perro, aún y cuando le hayas gritado, en poco tiempo lo verás moviendo su cola y sacando la lengua demostrándote su amor incondicional. Un trabajo sumamente importante y bonito que se hace con los animales es que se vuelven un espejo de nosotros mismos, es decir, si la persona que lo maneja es agresivo, el animal probablemente lo será, por ahí dicen “dime cómo es tu perro y te diré como eres”, así que te invito a que observes a tu mascota, pon atención en qué has influido para que sea como es.

              Es importante mencionar que en muchas ocasiones,  no les damos a nuestros compañeros animales el mismo amor  que ellos a nosotros y comenzamos a antropomorfizarlos, es decir, darles atributos humanos y tratarlos como tal, por ejemplo, el permitir que un perro brinque sobre nosotros, es una señal de dominancia, es decir, se siente por encima de la familia, y muchas veces termina habiendo situaciones de agresividad por una falta de asertividad en la educación, es decir, en el momento en que logremos desprendernos de nuestro sistema de creencias y podamos entender, como en el ejemplo, el de los perros, entenderemos que ellos se rigen bajo ciertas reglas, por ejemplo, en una manada debe haber un perro alfa, por eso el humano debe ser el alfa, para evitar conductas inadecuadas, debemos respetar su especie, y dejar al perro que sea perro y que esté a gusto siéndolo, igual que con todas las demás especies.


Es así como estos seres maravillosos, pueden ayudar a sanarnos a todos los niveles, físico, emocional, mental y del espíritu, historias hay muchas, perros que guían, que alertan sobre ataques epilépticos, infartos, alzas en el nivel de azúcar, gatos y perros que dan la vida a cambio de la de algún miembro de la familia, caballos que salvan la vida de quien los monta aún y cuando la propia esté en riesgo, ahora tu elijes cuál quieres que sea tu historia,  sin lugar a dudas son seres llenos de amor, grandes maestros que nos permiten recordarnos que el estar aquí, ahora, en el presente…¡vivos!, es nuestro mejor regalo, que nos vinculan y conectan con la naturaleza, pero sobre todo nos dan esa increíble oportunidad de conectarnos con esa sabiduría Divina y por lo tanto con nosotros mismos.


Amor, abrazos y bendiciones!


Olga Caraza

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